Por: Sebastián Liera y Alejo Medina / 3i - Tercera Información y Rebelión.
Tapanco
Centro Cultural. Un espacio multidisciplinario ubicado en el antiguo y
emblemático Barrio de Santiago, en el Centro Histórico de la ciudad de Mérida,
en Yucatán. Una vieja casona cuyo corazón es un foro escénico multimodal de dos
niveles debajo del cual, según cuenta la leyenda, existe un pozo ahora seco en
el que media docena de mujeres de la vida galante guardaban los ahorros de su
trabajo en la que fuera una casa de citas decimonónica.
Un
corpus arquitectónico donde la escena habita en su totalidad más allá de su ya
de por sí generoso foro, haciendo de las calles que le circundan, el recibidor
que conecta la sala de ensayos con la galería, la sala de lectura y el pasillo
que lleva al camerino, “La Casa de Ágata” con todo y baños, el tapanco que
sirve de oficina y hasta la azotea, en un territorio donde las artes, las
culturas y la construcción de ciudadanía se dan la mano con la libertad que
estos tres ejercicios sugieren unas veces y demandan siempre.
Hace un año, Tapanco cayó en la cuenta de que desde
su fundación, el 3 de marzo de 2012 [1], había venido convirtiéndose en un espacio de encuentro no sólo para grupos,
colectivos y artistas escénicos; sino, también, para un montón de banda que
estaba organizándose, o al menos lo intentaba, en aras del utópico sueño de
construir un mundo nuevo y mejor, más justo y más solidario, sin exclusiones;
para todos, para todas, para todes.
El detonante había sido Ayotzinapa. Cuando venimos
a ver, el equipo entero estaba participando de una u otra manera en la mar de
rabia e indignación nacional e internacional por el crimen de Estado cometido
contra 43 estudiantes normalistas que continúan desaparecidos, tres que fueron
asesinados, al igual que otras tres personas que no eran normalistas, y dos que
siguen gravemente heridos, uno de ellos en estado de coma.
Tapanco, nos dimos cuenta, era epicentro de
reuniones, discusiones, asambleas, actividades de recaudación de fondos o
presentaciones de publicaciones varias; las rabias, las resistencias y las
rebeldías eran los ingredientes creativos por antonomasia de todos esos eventos.
No fue extraño que Alejo y Bryant, los dos socios que aún le sobreviven a
Tapanco de siete que eran, nos lanzaran a la tarea de emprender una campaña de
micromecenazgo convocando a quienes habían protagonizado esos mismos eventos y
a sus públicos: Tapanco es un espacio de todes, para todes; la premisa era
entonces que esas, esos, eses todes metieran el hombro para que lo siguiera
siendo. Así nació el quinto programa del proyecto Tapanco: Arte en Resistencia.
La meta, para el 30 de junio de 2015, era conseguir
la cantidad de 70 mil devaluados pesos para evitar cerrar por no poder siquiera
cubrir nuestro gasto corriente y, por ende, para seguir ofreciendo de manera
gratuita los espacios que en Tapanco son a todos esos esfuerzos no estéticos
que apuestan por devolverle a la escena social y política la dignidad que
merecen. El último martes del sexto mes, la campaña en Fondeadora cerraba
informando que un total de 89 fondeadores habían aportado en conjunto un total
de 78 mil 595 pesos, rebasando por un 13 por ciento la cantidad esperada.
Hoy, a manera de agradecimiento, pero también de
rendición de cuentas, nos toca decir que gracias a la aportación de ustedes en
los últimos ocho meses hemos tenido, además de nuestra programación regular de
presentaciones de teatro, danza, música, performance,
circo y cabaret y de nuestro talleres habituales de yoga, capoeira o creación de instrumentos con materiales reciclados, un
total de 26 eventos que van desde espacios de reflexión y participación
ciudadanas locales, hasta un encuentro nacional de colectivos sociales, como el
ECOS 2015; pasando por presentaciones de poemarios, como Escarnio, de Jorge Manzanilla, y publicaciones periódicas, como El Varejón, de Equipo Indignación, de la
cual, por cierto somos también buzón solidario; reuniones informativas sobre la
legalización del consumo responsable de la marihuana, como la asamblea “Libertad para María”; talleres de
herramientas escénicas para la actuación social en Puebla, Coahuila, Querétaro
y Morelos, junto con Kaaxankilil; eventos de recaudación de fondos para apoyar
a sectores vulnerables de la población, como las Noches Vogue y las funciones
de Dodi Maleanta, en beneficio del albergue Oasis San Juan de Dios para
personas con VIH, y el Chuchultón de PorQuéNo? Producciones para el albergue de
ancianos del Barrio de Santiago; fiestas de equidad de género, como el Bailongo
Feminista; presentaciones escénicas para apoyar a otros espacios, como el
Centro Cultural de Estudios y Movimientos Sociales “Efraín Calderón Lara”;
apoyo a talleres para niñas, niños, adolescentes y jóvenes de diferentes
contextos sociales y culturales, como el Curso de Verano “Ta’akbi ja’”; residencias
artísticas y académicas para jóvenes de otras entidades, como los estudiantes
de la carrera en Gestión Cultural de la UIMQroo; jornadas culturales en apoyo a
víctimas de la violencia, como la Jornada por Nadia Vera y su familia, en
Cressida; actividades de apoyo a organizaciones defensoras de derechos de las y
los migrantes, como los talleres en conjunto con el albergue La 72, en
Tenosique, Tabasco; exposiciones de artistas visuales emergentes y proyecciones
de cintas documentales como El Charras, 40 años después, realizado por Jorge Araujo,
y Mirar morir. El Ejército en la noche de Iguala, de Temoris Grecko; festivales de apoyo a
pueblos oprimidos en otras latitudes, como el Art-Sahara; manifestaciones
públicas solidarias, como el memorial a un año del crimen de Estado en
Ayotzinapa, con Culturas Libres al Parque y ECOS, y la marcha por la dignidad y
los derechos de los trabajadores de la Sidra Pino, con Murmurante Teatro.
Tapanco: Arte en Resistencia es, lo decíamos antes,
uno de los cinco programas del centro cultural; los otros cuatro son Subsidio a
Grupos Artísticos [2]; Formación de Ciudadanía Teatral, con “Escuelas al Teatro”
y el “Seminario de Actu@cción”; La Casa de Ágata, que no necesita presentación,
y la producción escénica del Colectivo El Sótano. Queremos que todos estos
proyectos continúen y por eso les seguiremos pidiendo su apoyo; pero, sobre
todo, les pediremos que vengan y sean parte de ellos. Acudan a los eventos de
Arte en Resistencia, sumérjanse en ellos, descubran sus causas, sus
implicaciones, sus riesgos, sus apuestas. Cada una de las personas en esta
ciudad, en este país, en este mundo, que arriesga su tiempo y su vida por
tratar todos los días de transformar sus realidades necesita de sus oídos, de
sus manos, de sus voces, de sus miradas.
Ahora bien, si ustedes son esas personas y buscan
un espacio para encontrar(se), mirar(se), reflexionar(se), discutir(se) y
organizar(se), no duden en ir a Tapanco, un lugar que por definición es algo
así como un entrepiso y un entretecho; es decir, que no está ni muy abajo, ni
muy arriba, sino donde debe de estar; para guardar(se) o para dormir(se): para
apoyar(se). Quienes allí estemos, téngalo por seguro, siempre estaremos
dispuestas, dispuestos, dispuestes a ofrecer nuestro corazón-pozo-escenario, o
una sala, o un rincón, el lugar que ustedes quieran y puedan transformar para hacerlo
suyo y para les otres.
* Texto leído en la celebración del 4o. Aniversario de Tapanco Centro Cultural, A.C. el 5 de marzo de 2016; una celebración que estuvo dedicada a Berta Cáceres, indígena ambientalista asesinada en Honduras el día en que Tapanco cumplía sus primeros cuatro años de vida, y Nestora Salgado, comandanta de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) secuestrada por el Estado mexicano desde el 21 de agosto de 2013.
[1] Ese mismo día fallecía en la Ciudad de México el maestro Adam Guevara; director
y escritor de teatro que a lo largo de toda su trayectoria hizo de su práctica
escénica praxis política.
[2] El costo regular de una función en Tapanco es de $ 1 mil 600 pesos, pero el promedio de ingresos de cada compañía o colectivos es de sólo $250 pesos; así, pues, Tapanco subsidia con un promedio de $1 mil 350 pesos por función a cada grupo que se presenta en su foro.
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