25 de octubre de 2015

Primeros apuntes de siempre indefinidas y nunca definitivas primeras definiciones / 4.

¿De cuadros, círculos y otras geometrías políticas?

He querido compartir diversas miradas de lo que para distintos pensadores e institutos políticos y sus respectivas praxis puede significar la noción de cuadro (pueden revisarse los textos compartidos aquí); el punto de partida es, desde luego, una provocación que sea a la vez una invitación y a la visconversa: el origen del concepto de cuadro político en sí mismo.

Creo que podemos estar de acuerdo en que lo fundamental a rescatar (si es que rescatar sea la palabra que venga al caso o cosa, como dijera el difunto Sup Marcos) es la importancia de construir(se) en lo individual mediante el estudio y el trabajo y construir(se) en lo colectivo desde una praxis que sea síntesis de una práctica y una teoría políticas.

Ahora bien, con construir(se) en lo individual no me refiero a construirnos en individualismos, sino a que el y la individuo e individua, la persona, de manera autodidacta y en complicidad con otras, otros y otres se vuelva el ser humano que desea ser. ¿En aras de ser mejor a las y los demás?; no, porque no se trata de repetir mecanismos de superioridad. ¿En aras de ser igual a las y los demás?; no, porque tampoco se trata de someter la riqueza de su diferencia. En aras de ser. Ser una, uno, une y ser con las, los y les demás.

Y, ¿qué práctica y qué teoría políticas? Estamos hablando de que los personajes centrales de nuestra poiesis escénica serían Juan Francisco Kuykendall Leal, mejor conocido como Kuy, y Teodulfo Torres Soriano, mejor conocido como El Tío; así, pues, la práctica y la teoría políticas serían de esas que se nacen y se crecen, dada la militancia de Kuy y el Tío, abajo y a la izquierda; la práctica y la teoría de la praxis neozapatista.

Pero, ¿es éste un proyecto teatral o político?; la respuesta es: ambos. Para Kuy y para el Tío hacer la escena y hacer lo político no era una disyuntiva: si bien lo político no siempre sería escénico, la escena sí sería siempre política. Un laboratorio de poiesis mimética, escénica, que sea al mismo tiempo una praxis política que, perdón que insista, se mirará en desde abajo y desde la izquierda... no "para"... no "hacia": desde.

Como un cuadro, pero no un cuadrado; un cuadro que tenga lo mismo ángulos y vértices que redondeces y, por ende, concavidades y convexidades. Un cuadro que no tenga miedo a equivocarse, sino placer por el error y lo que ese error con su placer provoca: intentarlo de nuevo, no rendirse. Un cuadro para el que la palabra disciplina sea sinónimo de amor, no de sumisión. Un cuadro que se cuide y que cuide poniendo el nosotres por delante, no por encima, del yo. Un cuadro que actúe; es decir, que juegue... actuar en inglés, en francés y creo que en alemán se dice igual que jugar; en español no, y, por eso, jugamos a decir que jugaremos entre el actuar social y político y el actuar escénico o teatral.

Un cuadro que, si así lo prefiere, sea también un círculo o cualquier otra geometría política, cultural, artística, social, económica, etcétera que, según su modo, cada quien quiera ser. Como dijera el finado: "Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú."

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